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Mi Historia

Había llegado a esta empresa koreana en enero de 2015, el 1er día, el presidente me había prometido promocionarme si cumplía con los objetivos del departamento y si la evaluación del director era buena. Y yo a partir de ese momento había dado TODO por lograrlo, por ser el mejor y por acercarme más a ese tan anhelado sueño de “Ser director de Marketing”. Lo di absolutamente TODO, le di mi tiempo y mi vida a la compañía. Mi cargo era Gerente de Marca Corporativa Regional en Centro América y EL Caribe. El nivel de Responsabilidad y estrés que tenía era demasiado grande. Por más difíciles que fueran las circunstancias, mi ego no me permitía echarme hacia atrás y me enfoqué en sacarlo todo adelante así viviera en el infierno. El 31 de diciembre de 2015 reflexioné sobre cómo estaba viviendo, y ya sabía que viajar era lo que más me apasionaba. Veía la increíble calidad de vida de Blogueros de viajes, y empecé a pensar en 1 millón de maneras de YO poder hacerlo. Ese día a las 00:00 me hice el propósito que durante todo el 2016 crearía ese estilo de vida y que ahorraría 12 meses más para llevar a cabo este sueño. Al 1 de enero comencé a leer el libro del Monje que vendió su Ferrari de Robin Sharma, cambié mis rutinas, mis hábitos y mis acciones cotidianas. Al 31 de enero tuve unas vacaciones a Perú, Bolivia y Chile. Un día llegué al lugar de mis sueños, el espejo más grande del mundo, El Salar de Uyuni. Era la madrugada y yo solo irradiaba felicidad de ver esa cantidad de colores reflejados en la tierra y el cielo. En ese momento recibí una llamada de mi jefe, él me pedía un reporte de ventas a las 5 AM. Yo quedé atónito de ver el descaro de su llamada, ya que ese reporte ya se lo había enviado unos días antes. Reafirmé que no merecía la pena dar mi vida por la empresa de otros y viajar era lo que quería hacer el resto de mi vida. Volví a la compañía para el 15 de febrero, recargado de buenas vibras, pero el ambiente laboral cada vez era peor. Gritos y casi insultos, traiciones, despidos masivos y malas energías. Yo iba al baño y me miraba en el espejo y me decía a mí mismo “Juan debes aguantar, tú puedes, solo son 10 meses más”. Mis domingos en la noche eran caóticos pensando en las reuniones con el presidente y todas las justificaciones que debería dar por incumplimientos que no dependían de mí. Creo que durante ese año envejecí más, me salieron muchas canas, me llené un poco los bolsillos, perdí vida, amigos y tiempo con mi familia. Lo que si gané fue consciencia. La gran pregunta que me hacía era ¿Me veo haciendo esto el resto de mi vida? ¿Vale la pena una vida llena de lujos y comodidades, pero sin tiempo y sin hacer lo que me gusta, ni poder compartir con los que amo? Pude haberlo aguantado todo, sin embargo, ese 31 de marzo al ver ese 2% de aumento en un papelito que me entregaba Recursos Humanos y una palmadita en el hombro de mi jefe diciendo “Sigue así, el próximo año lo puedes lograr” y esas ganas enormes de viajar me llevaron a renunciar y crear a Juanito Viajero. Me sentí traicionado ya que yo SI había cumplido con esa gran promesa del presidente. Sentía rabia con mi jefe. Me sentía utilizado como un simple número. No renuncié de inmediato. Ese 31 de marzo fue el día en que tomé la decisión. Pero me fui de la empresa 2 meses y medio después (el 20 de junio). Necesitaba más dinero y tiempo de crearlo todo. Desarrollé un plan de emprendimiento, tuve paciencia, cambié mi interior y así me fui con las manos llenas por la puerta grande. Durante ese año, Aprendí muchísimo de Marketing y de la vida. Mi mayor aprendizaje fue darme cuenta de que NO quería ese sueño de ser Director de Marketing y que quería ser feliz viviendo la vida VIAJANDO. Estoy muerto del miedo de dejar la Zona de confort, pero al mismo tiempo NO aguanto más este caos. ¿Que siento un domingo en la noche antes de empezar la semana laboral? ¿Soy feliz en mi trabajo? ¿Me veo haciendo esto el resto de mi vida? ¿Vivir para esperar 15 días de vacaciones al año o 40 años por una pensión? Fueron preguntas que me hacía antes de renunciar. Después de echar cabeza, escogí el nombre “Juanito Viajero” en honor a mi abuelita que siempre me llamó así y por estrategia de marketing. Creí que pegaría más un “Juanito Viajero” a un “Juan Viajero”. Sonaba como “Juanito un niño chiquito”, y tendría un impacto emocional más grande en la gente. Creé mi Fan Page en Facebook y mi Instagram, y adivinen cuantos seguidores tenía. Solo uno, y esa era mi mamá. Nunca olvidaré cuando invité a mis 300 amigos a que siguieran mi página. Solo 10 habían aceptado. Los otros me ignoraban. Recuerdo esa primera semana diseñando el Logo y slogan. Mis herramientas técnicas eran Paint y Power Point. Me descargué gratis de la web un corazón y un avioncito de papel junto a un mundo, y lo uní todo con una fuente Freestyle Script. Los colores seleccionados: azul, del cielo por donde volaría y el rojo, de la pasión por mi trabajo. Diseñé el Mapa del viaje e iba trazando la ruta, poniendo corazones en cada país que moría por conocer. No podía faltar la tan anhelada Santorini, Las pirámides de Egipto o la Muralla China. Era tan pero tan inmensamente FELIZ haciendo ese mapa que ni se alcanzan a imaginar cómo me babeaba de conocer esos lugares. Adicional hice una matriz en Excel donde relacionaba países y ciudades, con posibles fechas, presupuesto y como sacar los visados. Analicé el mercado y lo que hacían los pocos Blogger del momento y sabía que había una pequeña oportunidad para un empleado conservador, lleno de miedos, que quería mandar todo al carajo para viajar por el mundo, hacer labor social, ser libre y vivir a plenitud la vida. YO miraba mis manos, me miraba fijamente al espejo y me decía a mí mismo “Juan, no va a ser fácil” Pero tú eres un berraco y lo puedes hacer. No hay nada imposible”. Nunca tuve un motivador. Mi motivación fue sentir ese sueño en el corazón. Era cerrar mis ojos y sentir como podía viajar por el mundo. Claro que hubo dudas en el camino. Recuerdo el 10 de abril de 2016 cuando fui a renunciarle a mi jefe. Casi no entro a su oficina. Me moría de miedo pensar que estaba tomando la decisión equivocada. Quizás estaba siendo impulsivo por el incumplimiento de esa promesa salarial o quizás tenía la ansiedad a flor de piel por viajar. No estaba siendo objetivo. Yo pensaba… “y que haré luego de terminar el viaje ¿De qué viviré?”, o que diría la gente de la empresa, mis amigos y mi familia “Ese Juan es un tonto, un irresponsable, se va a gastar todos sus ahorros viajando”. O aún más, pensaba “En serio, voy a votar a la basura tantos años de estudio y trabajo” Todo lo que me costó conseguir este puesto en esta empresa que es soñada para muchos”. Cuando se lo dije me temblaba la voz y me sentía inseguro, pero saqué la fuerza de mis entrañas y lo hice. Me sentí tranquilo. Muy en el fondo sabía que esa era la decisión correcta. Él ni siquiera me preguntó que iba a hacer con mi vida, sino que Inmediatamente me hizo una contrapropuesta salarial y de ascenso para no tener problema de Recurso Humano en su departamento de Marketing. Yo pensé “pffff NADA. Solo cuando me voy ahí si me quieren cambiar las condiciones”. Salí de su oficina y en ese momento entendí que YO, que había dado el corazón a esa empresa, solo significaba un número y un indicador. Nunca fui de ese tipo de personas que cuando sueñan algo se quedan callados y no le cuentan a nadie porque sienten miedo que les caiga la mala suerte o una mala energía. Muchos me criticaban por abrirme tanto a la gente y contar mis cosas íntimas. Recuerdo, que a todo el que se me atravesaba por el camino le contaba mis planes sin que me lo preguntaran. Quizás era la persona más intensa del mundo. Pero era feliz, se me iluminaban los ojos cuando hablaba de esto. Les juro, YO irradiaba pura energía cuando hablaba de mi sueño de dar la Vuelta al Mundo (Y los que me conocen en persona y me han escuchado saben que no miento). Esos 2 meses y medio, del 1 de abril al 20 de junio, día en que me fui de la empresa. Me levantaba a las 5 am y tenía una rutina estricta programada para el trabajo de mi mente, cuerpo y espíritu. Tenía el detalle de todas las acciones técnicas que debía seguir en el proyecto. Mi meta, eran 15 mil seguidores en cada Red Social, 5 apariciones en medios, creando una reputación con los viajeros latinos. No era fácil, Pero si cada día trabajaba organizadamente 5 horas en esto, con estrategia, y durante 80 días. AL final eran 400 horas eficientes de trabajo. Y como yo bailaba en mi salsa “El Marketing” me era más fácil lograrlo. Hubo 2 libros que marcaron mi vida “EL Monje que vendió su Ferrari” y “El líder que no tenía cargo”. Ambos del mismo autor, Robin Sharma. No solo los leía y escuchaba, sino que les hacía un análisis y los incorporaba a mi rutina diaria. El primero fue mi despertar y me mostró que no quería llegar a viejo para lamentarme por vivir una vida sin sentido, solo enfocada al trabajo y a las cosas materiales, sin cumplir mis sueños ni estar con los que amo. Además, éste fue el libro que me dio las herramientas técnicas y espirituales para lograrlo todo. El segundo libro me enseñó que yo podía ser un Líder, sin tener que ser el director de una gran empresa. Yo podía hacer magia con mi trabajo haciendo cualquier cosa que me apasionara. Y en este caso la magia serían las fotos y experiencias que contaría a través de los viajes. Yo resumiría mi fórmula mágica así: Mis habilidades “Los proyectos y el Marketing” + Mi sueño “Viajar” = Un Proyecto de Vida llamado “Juanito Viajero”. Muchos me preguntan. ¿Cómo conseguí esos 35 mil seguidores desde 0? Cada red social tenía su estrategia en ese entonces. Lo más importante era contar una historia. Y esa historia era la del empleado insatisfecho que renunciaría a su trabajo y viajaría por el Mundo. Cualquiera cosa que publicaría tendría todo mi esfuerzo y sería de excelente calidad. Si estaba dejando todo atrás, debía darle la seriedad a esto. No era un viaje por el mundo y ya, era mi sueño, un proyecto de vida. Solo había 2 caminos. O FUNCIONA O FUNCIONA. No había cabida para elfracaso. Yo veía el viaje como una gran inversión en empresa, es decir, cuando pones un negocio debes invertir aprox. 1 año sin ver utilidades mientras la marca se posiciona. Entonces, yo gastaría todos mis ahorros en ese viaje, y al mismo tiempo la reputación de mi marca crecería. Era una apuesta a ciegas por el futuro. ¿Un riesgo? ¿Tu sueño de viajar por el mundo puede ser al mismo tiempo tu proyecto de vida y tu empresa? Abrí mi blog y el primer paso fue escribir el artículo “Atrapado en una jaula llamada trabajo” donde hablé de mi sentir como empleado. El escrito empezaba así: “Es Domingo y son las 8 PM en Panamá. Los minutos transcurren y los segundos corren cada vez más en dirección al comienzo de una nueva semana. Empiezo a sentir sensaciones desagradables en mi estómago…”. Lo publiqué, y a las 2 horas miles de personas ya lo habían visto (Se hizo viral). La gente se sentía identificada con mi historia… Y a partir de este punto comencé a contar mis planes de renunciar y creé la expectativa del viaje: el mapa y los objetivos. Además, tenía fotos viejas de viajes anteriores en Suramérica y Europa. No eran las mejores fotos, pero sabía que, si las editaba y escribía algo inspirador, a unos cuantos les podría gustar. En Facebook, al ver que mis amigos no me seguían. Sabía que debía conseguir más “amigos”. Sin embargo, al primer intento de conseguir 100 amigos en 1 día, Facebook me bloqueó. Entendí que no podía crecer rápido. Por lo tanto, decidí crear 5 perfiles personales diferentes y en cada uno conseguiría 100 amigos cada día, para un total de 500 amigos al día. Y al cabo de 50 días llegaría al tope de 5000 amigos por cada cuenta. Monitoreaba todos los grupos de “Mochileros” y a todo el que interactuaba con un Me Gusta o un comentario le enviaba la solicitud de amistad. Y luego que era mi amigo, le escribía un mensaje personalizado: contándole sobre mi decisión de renunciar e invitándolo a viajar por el mundo conmigo. Con esto subí mi índice de efectividad al 90% y a casi todos les gustaba mi página (Todo ese tráfico de los perfiles personales lo redireccionaba a mi fan page). Yo literalmente era un Robot para responder mensajes, mis manos se movían increíblemente rápido para hablar con todos. Llegó un momento donde tenía más de 2000 conversaciones abiertas y NO pude con todo. Otra estrategia que tenía era compartir directamente el contenido desde el Fan Page en esos mismos grupos, en algunos casos funcionaba y conseguía hasta 100 seguidores solo compartiendo 1 post. Sin embargo, muchas veces era bloqueado por los administradores, ya que allí no permitían publicidad ni promocionar páginas. Instagram, era la red de crecimiento, no tenía el auge actual, pero mostraba buenos resultados. Aquí, mi estrategia era siempre responder el 100% de mensajes a todos y publicar en horarios especiales. Hice cosas que quizás no fueron las más correctas, pero me dieron la efectividad para crecer rápido. Comencé a seguir a todo el que le gustarán los viajes, hasta completar los “7,500” seguidos posibles que te da Instagram y después los dejaba de seguir. Con esto conseguía “Un follow back”, y es que te sigo y tú me sigues. No era lo más profesional, pero sí que funcionaba bien. A diario podía conseguir más de 200 nuevos seguidores y aprox. un 10% me dejaba de seguir. Algunos se sintieron ofendidos por Dejarlos de Seguir, se sentían utilizados y me escribían mensajes casi insultantes. Me excusé y les expliqué mi plan. También le daba Me gusta a toda publicación que veía y le dejaba un comentario a esa persona para que se interesara en mi (nunca utilicé ni robots ni apps). Fue puro trabajo manual y fui bloqueado 2 veces por Instagram, pensé que mi cuenta iba a ser cerrada por exceso de “Seguir y Dejar de seguir”. En esos 2 meses y medio alcancé aprox. 17 mil nuevos seguidores con un promedio de 800 Me gusta en cada post. Durante todo ese tiempo, trabaja en la oficina y trabajaba en mi proyecto. Con una mano hacía el reporte de Marketing en el computador y con la otra tenía el teléfono respondiendo mensajes. Tenía tanto, pero tanto trabajo, pero eran tan pero tan feliz porque sabía que SI era posible lograrlo y podía ver mi progreso día a día. En la empresa me decían que YO era el Gerente Hippie, ya que aprendí a tomarlo todo muy calmado, a no tomarme las cosas personales y a disfrutar más la vida. Me sentía tan bien, y era por que iba camino hacia mi sueño, y la cuenta regresiva en la oficina llegaba a su fin. El 20 de junio de 2016 fue la última vez que trabajé como empleado y fue el comienzo de esta nueva vida. Una vida con propósito, llena de libertad y muchos viajes. Fue el día en que cambié la corbata por la mochila. Vendí todas mis cosas en Panamá y regresé a Colombia. Tenía 1 mes más para preparar todo, hacer contactos, ir a entrevistas y sobre todo despedirme de mi familia. Serían 2 años los que estaría por fuera y cualquier cosa podía pasar. El 20 de Julio, día de la independencia de Colombia, fue el día de mi independencia, fue el día en que empezó ese gran viaje por los 5 continentes y en más de 40 países. La primera parada era Londres. Antes de irme escribí un artículo llamado “De Gerente a mochilero” y a partir de ese momento comencé a contar toda la historia de mi primera vuelta al Mundo. Esta fue la apuesta más grande que hice en toda mi vida, fue el mayor riesgo que corrí, todo era una improbabilidad y había riesgos de perderlo TODO o de ganarlo TODO. El resto de la historia está contada en más de 1000 fotos en mis redes sociales y en mi libro DE GERENTE A MOCHILERO.

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